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Javier Crespán: Tenemos que continuar trabajando para asumir nuevos retos y ofrecer mejores soluciones a los viejos problemas
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13/08/2021

Ecos do Sur cumple 30 años en torno a un propósito común: hacer que las migraciones fructifiquen en una sociedad más próspera, más justa y orgullosa de su diversidad. Desde 1991 la ONG ha pasado por muchos desafíos, enfocando su trabajo desde tres líneas fundamentales: protección de los derechos esenciales, formación y empleo y, por último, activación social.

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30 años son muchos y las necesidades de la sociedad cambian constantemente, por lo que es necesario asumir nuevos retos. Para que nos cuente un poco más sobre ello, hablamos con el director de la ONG, Javier Crespán.

-Ante una pandemia que ha dejado la situación económica muy mermada de muchas personas… ¿Cuáles serían las líneas de acción más acuciantes de Ecos do Sur?

-Entre las personas usuarias de Ecos do Sur, la generación de ingresos es probablemente su preocupación principal. En este sentido, todo lo que tiene que ver con el empleo, el emprendimiento y la economía social son líneas de acción muy demandadas. Aunque habría que destacar como clave la integralidad de los servicios que ofrecemos.

-Este es un concepto muy interesante…

-Sí. A cada persona se le hace un estudio muy concreto y se analiza su situación personal para saber sus necesidades. Por ejemplo, para una persona que busca empleo, mejorar su formación y orientación es fundamental. Si está en situación irregular, necesita asesoría jurídica para tratar de regularizar su situación y poder acceder al mercado laboral formal.

En este proceso, los servicios de apoyo psicológico que ofrecemos son muy importantes a la hora de abordar con éxito el reto de la generación de ingresos, así como a la hora de ofrecer técnicas y herramientas para prevenir situaciones de estrés. Sabemos que la pandemia nos ha afectado a todos mucho a nivel psicológico. ¿Y qué ocurre cuando no se puede acceder a un empleo en un entorno laboral tan difícil como el que hemos vivido en este último año y medio? Las ayudas sociales son imprescindibles, y durante la pandemia, hemos visto como se disparaba por parte de las personas usuarias, la demanda de asesoría de nuestro servicio de trabajo social. Además, dadas las características particulares de muchas de las personas con las que trabajamos, para hacer todo esto bien, es fundamental contar con personal altamente especializado en ámbitos como la mediación intercultural o el enfoque de género.

-Junto a Red Acoge hemos estrenado un proyecto muy interesante en 2021, con la puesta en marcha de una Vivienda de Acogida para Solicitantes de Protección Internacional. ¿Qué nos puedes contar sobre este proyecto?

-La vivienda, situada en el concello de Abegondo, cerca de Coruña, cuenta con 18 plazas para personas solicitantes o beneficiarias de protección internacional, es decir solicitantes o beneficiarias de asilo o de protección subsidiaria. Personas, por tanto, que en caso de regresar a sus países podrían verse expuestas a un peligro grave. La vivienda la abrimos en el marco de nuestra pertenencia a la Federación de ONGs Red Acoge, a la que nos incorporamos el año pasado. Red Acoge tiene una larga trayectoria en este ámbito. A día de hoy, las organizaciones federadas en la red gestionan más de 20 viviendas de acogida como la nuestra. En este sentido, es un nuevo proyecto para Ecos do Sur, pero que encaja muy bien en nuestra trayectoria histórica de trabajo, y en el que además entramos de la mano de una Red con mucha experiencia en el ámbito de Protección Internacional. La financiación para el proyecto viene del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y cubre no sólo la apertura y operación de la vivienda, sino también una serie de servicios para facilitar la integración de las personas residentes en la sociedad de acogida: asesoría jurídica, salud mental, formación, empleo, etc.

-¿Qué otros retos de futuro puede asumir la ONG?

Ecos do Sur ha crecido mucho en los últimos años. Una entidad como la nuestra debe de estar siempre atenta a los nuevos problemas emergentes y a cómo puede añadir valor en la solución de los mismos. También debe estar dispuesta a continuar experimentando en la búsqueda de mejores soluciones a los viejos problemas. Dicho esto, hay algunos retos clave que están ya más que identificados. Hablábamos antes del empleo como una de las preocupaciones fundamentales de nuestras personas usuarias, y es un ámbito en el que Ecos do Sur tiene largo recorrido a la hora de buscar soluciones. Otra preocupación importante de nuestras personas usuarias es el acceso a vivienda. En este ámbito Ecos do Sur tiene menos recorrido, por lo que debemos continuar explorándolo para ver qué podemos aportar.  

Por otra parte, en Galicia tenemos un interesante reto demográfico que ofrece la oportunidad de casar las necesidades de empleo y de vivienda de nuestros usuarios con las necesidades de captar población joven de las áreas rurales. Este es un tema en el que estamos comenzando a desarrollar algún proyecto y que creemos puede ser una línea importante de trabajo en un futuro.

Otro reto social en el que creemos que tenemos mucho que aportar es trabajar para frenar el crecimiento de los discursos del odio en redes sociales, así como las consecuencias que estos tienen fuera de ellas. En lo que se refiere específicamente a la lucha contra el racismo y la xenofobia en redes sociales, Ecos do Sur ha conseguido posicionarse como una entidad de referencia, con un trabajo muy innovador. Desafortunadamente, la necesidad de activismo y sensibilización en este ámbito no va a desaparecer.

-¿Qué le dirías a una persona para animarla a ser socia de Ecos do Sur?

Primero le diría que Ecos do Sur es una organización que genera un alto impacto social. Trabajamos con personas en situación de alta vulnerabilidad y los acompañamos de forma efectiva en la mejora de sus condiciones de vida. En segundo lugar, recurriría al ya manido piensa global, actúa local. Ecos do Sur trabaja sobre cuestiones de trascendencia global, como las migraciones, la interculturalidad, los discursos de odio o las desigualdades de género, pero lo hace desde los servicios locales a personas que viven en nuestro entorno más inmediato. En tercer lugar, les diría que ahora, más que nunca, es el momento. En un contexto en el que importantes consensos sociales en torno a temas como el derecho de asilo, la interculturalidad o la igualdad de género se están poniendo en entredicho, además, a veces con discursos muy agresivos, apoyar el trabajo de entidades como Ecos do Sur que los defienden desde el día a día del servicio local es una forma muy eficaz de posicionarse. 

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